domingo, 15 de septiembre de 2013

Extintos los continuos amaneceres de aquellos días entre diciembre y enero...

       Ya no gozo del privilegio que me habías dado y es prudente extrañar la postura que ostentabas en trémulo deseo, en libido desafío, y en ese; tu singular sigilo y entonces como el invitado que vistiera tu belleza, fui a treparme por la aventura que insinuaron tus piernas. Ahora y en este ambivalente y extraño presente, ausente de mi todo estas tú. Me ardes en la piel, queman los idos recuerdos de tus besos y a solas en memorables noches, como velo de niebla, giran anhelos que a mi encuentro vienen como deseos ya vividos y solo para postergar mi soledad una vez más.

       El privilegio ya no es mio, ya no cuelgo en tus recuerdos, ya no vuelo sobre las formas de tu dilatada concupiscencia. Quedan solo metáforas diluidas en mi incesante espera, ésa que me dice que tal vez caminas senderos con un lejano retorno a mi idilio, ésa que me recuerda cuanto vales la pena, ésa misma que hoy revela una herida que aún no cicatriza, ésa que se compadece y me brinda algo de paciencia cuando recuerdo los extintos y continuos amaneceres de aquellos días entre diciembre y enero...

No hay comentarios:

Publicar un comentario